Cómo hacerlo:

Método de trabajo


En Entre Perros no proponemos un sistema de trabajo o una metodología como tal, con unos protocolos predefinidos y ordenados. No creemos que una estructura fija sea lo más adecuado para poder adaptarse a cada situación concreta y a las necesidades y particularidades de cada caso.
De todos modos sí que existen unas líneas maestras que casi con toda seguridad habrá que tener presentes en todo tipo de convivencia humano-perro.

1. Visión holística del problema. Esto quiere decir que en un principio no hay que centrarse tanto en qué debemos hacer de forma puntual cuando se dan los problemas concretos que nos preocupan, sino que primero hay que hacer una revisión y evaluación de toda la vida del perro lo más exhaustiva posible, tanto del pasado como del presente. A partir de ahí se puede hacer un plan de trabajo, para avanzar de forma coordinada en los siguientes aspectos.

2. El origen del problema (trabajando el pasado). Normalmente las conductas problemáticas no son más que síntomas de un problema de fondo, habitualmente de tipo emocional. Esto puede deberse a diversas causas, como por ejemplo alguna experiencia traumática o entornos demasiado hostiles, pero en la inmensa mayoría de los casos lo que ha pasado es que no se le ha permitido al perro desarrollarse a un ritmo acorde con las etapas de desarrollo naturales, y por lo tanto no ha podido dotarse adecuadamente de los aprendizajes y herramientas necesarios para desenvolverse en su entorno de manera sana y equilibrada.

3. Optimización de rutinas (trabajando el presente). Además de trabajar en el origen es necesario también identificar los factores que actualmente mantienen o acentúan el problema. Para ello hay que repasar y analizar la rutina diaria y semanal del perro. Conociendo aspectos como la frecuencia y duración de los paseos, dónde y cuánto descansa, comidas, horarios y ritmos de la casa, etc. se pueden plantear cambios de mayor o menor calado, que ayudarán al perro, y por ende al humano, a afrontar sus problemas desde una posición más propicia. En muchos casos simplemente optimizando algunas rutinas los problemas se minimizan o desaparecen.

4. Interacciones con el perro (trabajando la comunicación). Podría incluirse en el punto anterior pero para tenerlo más presente lo enumeramos aparte. La forma en la que solemos interaccionar con los perros normalmente está asociada con la excitación: caricias, abrazos, cogerles en brazos, tirarles la pelota, hablar demasiado, gritos, tirones de correa… Los perros equilibrados tienen su propias formas de interaccionar entre ellos y lo que buscan normalmente es todo lo contrario a la excitación, buscan la calma. Conocer la comunicación canina es clave para poder respetarles, reforzar nuestro vínculo afectivo, llegar a establecer un verdadero vínculo de confianza con ellos y ser así el referente que nuestros perros necesitan

5. Cesión del control (trabajando la autonomía). Para llegar a ser perros adultos, maduros y equilibrados física, mental y emocionalmente nuestros perros necesitan que confiemos más en ellos y que dejemos de controlar y preocuparnos por cada cosa que hacen. Si nos fijamos en todas las veces que influimos en sus acciones e incluso en sus pensamientos nos daremos cuenta de que probablemente son muchas más de las necesarias. Proponemos dejar de intervenir poco a poco en todo lo que no veamos necesario para progresivamente ir dando al perro más autonomía y responsabilidad en sus acciones. Gracias a ello irá ganando seguridad en sí mismo, crecerá su autoestima, será un perro menos preocupado y por lo tanto más relajado y feliz.


Hasta aquí el método de trabajo que proponemos desde Entre Perros. Nos gustaría no obstante aclarar una cosa. Como podéis ver no hemos nombrado términos muy usados y buscados como son adiestramiento u obediencia. Nosotros no proponemos ni adiestramiento, ni obediencia, ni otros tipos de disciplinas caninas. No proponemos enseñar al perro a sentarse, tumbarse, caminar pegado a nosotros o a venir corriendo cuando se lo digamos. Y no lo hacemos principalmente por dos motivos. El primer motivo es que es innecesario. Es un dato objetivo que muchísimos perros viven sin problemas significativos de convivencia y no se les ha enseñado ninguna de estas cosas. Y el segundo motivo es la tendencia de los humanos a abusar de ello y a emplearlo en contextos inadecuados. No pensamos que este tipo de actividades sean perjudiciales en sí mismas, dependería de cuáles sean los métodos empleados y de la importancia o protagonismo que adquieran en la vida del perro. Pero sí que nos parece que hay una fina línea que separa actualmente estas prácticas del hecho de que podamos llegar a pensar que nuestra relación con los perros debe estar enfocada en enseñarle nosotros cómo tiene que hacer las cosas, algo que en nuestra opinión comporta un grave error y va en contra del desarrollo pleno del perro que hemos ido describiendo a lo largo de esta web.


Si quieres puedes seguir los artículos que vamos publicando en nuestro blog o seguirnos en las redes sociales.


Muchas gracias por tu visita.